Frederick Arthur Bridgman (1847-1928)
¿De qué sirve mi belleza,
la riqueza,
pompa, honor y majestad,
si en poder de adusto moro
gimo y lloro
por la dulce libertad?
Luenga barba y torvo ceño
tiene el dueño
que con oro me compró;
y al ver la fatal gumía
que ceñía,
de sus besos temblé yo.
¡Oh, bien hayan los cristianos,
más humanos,
que veneran una cruz,
y dan a sus nazarenas
por cadenas,
aura libres, clara luz!
Dime, mar, que me aseguras
brisas puras,
perlas y coral también
si hay linfa en su extensión larga
más amarga
que mi lloro en el harén.
¿De qué sirve mi belleza,
la riqueza,
pompa, honor y majestad,
si en poder de adusto moro
gimo y lloro
mi perdida libertad?.
Juan Arolas (1805-1849)
¿De qué sirve mi belleza,
la riqueza,
pompa, honor y majestad,
si en poder de adusto moro
gimo y lloro
por la dulce libertad?
Luenga barba y torvo ceño
tiene el dueño
que con oro me compró;
y al ver la fatal gumía
que ceñía,
de sus besos temblé yo.
¡Oh, bien hayan los cristianos,
más humanos,
que veneran una cruz,
y dan a sus nazarenas
por cadenas,
aura libres, clara luz!
Dime, mar, que me aseguras
brisas puras,
perlas y coral también
si hay linfa en su extensión larga
más amarga
que mi lloro en el harén.
¿De qué sirve mi belleza,
la riqueza,
pompa, honor y majestad,
si en poder de adusto moro
gimo y lloro
mi perdida libertad?.
Juan Arolas (1805-1849)
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